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irving ramírez cruz

Joel Peter Wilkin

No es un cazador de momentos. Sus fotos van más allá del simple click y dedica horas a componer y ambientar las escenas con toda la historia del arte muy meditada. "Me considero retratista, pero no de gente, sino de la condición del ser", ha dicho.

Monta unas luces que provocan grandes contrastes, de modo que sus desnudos queden modelados en grises pegajosos y profundos. Y luego dedica horas al tratamiento de las placas con raspados, veladuras, ácidos y óxidos para que se sienta a la fotografía también desde el daguerrotipo y el origen.

El norteamericano Joel Peter Wilkin, uno de los fotógrafos más reconocido (y rechazado) del mundo, presenta una veintena de sus fotos en la Galería Spectrum Sotos de Zaragoza, que de forma extraordinaria inicia con él su temporada número 30 desde su fundación, un 23 de marzo de 1977.

No se ajusta a los cánones de belleza que marca la televisión, ni a los modelos sociales que sólo apuntan a la estilización, al triunfo y al éxito, donde lo feo o lo muerto se deja de lado. Witkin, licenciado en Bellas Artes en 1974 ensalza el cuerpo obsceno, bien pervertido por su propia deformación (mutilados, hermafroditas, enanos...) o corrompido por la muerte (cadáveres de la morgue, miembros amputados...), y lo instala en una ambientación fantástica. Convierte al monstruo en un icono de belleza, contra todos los prejuicios hacia la sexualidad y la muerte.

La literatura y el cine acostumbran a sacar monstruos. No así la fotografía, que evoluciona buscando nuevos sujetos. "Lo que hace que una imagen sea poderosa es que, a diferencia de otros medios como el vídeo o el cine, aquí se trata de la quietud". Witkin afirma que "cuando realmente quieres decirle algo a alguien, lo agarras. Es lo que hace la imagen fija"

Mucha gente puede considerar su estilo demasiado bizarro y nada normal, o tal vez que Peter esta mal de la cabeza, pero tambien se puede ver de otra forma, ese punto de vista diferente, fuera de lo normal, es decir, no son solo otras fotos comunes y corrientes, él juega con elementos que otros no se atreven.

La rara belleza de lo horrible: me parece que se adecúa perfectamente este nombre a las fotos de Wilkin, muestra como también se puede hacer arte con lo que nadie imaginaba, aunque también pueda parecer algo retorcido este tipo de imágenes al menos desde mi parecer. Lo que quiere transmitir con estas fotos no me queda muy claro la verdad pero ciertamente tiene un atractivo único y desde mi punto de vista, algo así como no dejar a un lado a la muerte y a lo "feo" u "horrible" de las fotos que es lo que se hace por lo general al tomar una foto, se trata de que transmita vida o algun sentimiento puro o "bueno" pero el decide trabajar con ese otro lado de la foto, de lo "bello". Definitivamente Peter es uno de mis favoritos, debido a su originalidad y su atrevimiento para hacer este tipo de fotos, no todas las personas lo harían.

 

 Ese Hombre sin cabeza que reposa como quien mira la televisión, está muerto y eso lo sabemos porque le falta la cabeza. No es un montaje, es una persona real, es increíble como hace parecer que aun está vivo por su posición, como si estuviera simplemente descansando o durmiendo, y más que nada la posición de sus pies, que es donde creo que reside todo el punto de la imágen, porque en la forma que se encuentran es la clave para aparentar que aun sigue con vida, como si todavía los estuviera apoyando en el suelo y además trae consigo esos calcetines negros.

 

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